viernes, 27 de julio de 2012

La Actitud del Éxito

El desenlace de las situaciones que experimentados en la vida depende exclusivamente de nosotros, nos guste o no, lo aceptemos o no, este es un hecho que forma parte de la realidad que es vivir.

Aunque son muchas las actitudes que podemos asumir en la vida ante diferentes situaciones, una resulta clave para asegurarnos el éxito en cualquier empresa. Esta actitud clave es la de responsabilizarnos por los resultados de nuestras acciones.

Si asumimos que en la vida nosotros, y solo nosotros somos responsables de los resultados que obtenemos, estaremos ejerciendo nuestro poder como seres de voluntad creativa y consciente, en lugar de situarnos como simples victimas de las circunstancias, ¿Qué prefiere?, ¿Cuál cree que pueda darle mejores resultados?, ¿Con cuál cree que logre expresarse plenamente?.

Asumir la actitud de responsabilizarnos por lo que sucede en nuestras vidas nos coloca en una situación de poder, como creadores de la realidad que deseamos vivir, y nos brinda la oportunidad de aprender de las experiencias que se nos presentan a diario.

Esto nos coloca en la ventajosa posición de ejercer plenamente nuestro poder creador, en lugar de proyectarlo a otras personas, situaciones u objetos. Si, es correcto, el poder es nuestro, se origina dentro de nosotros, siempre está con nosotros, pero por alguna razón, en algún momento determinado podemos elegir transferirlo a otros al evadir nuestra responsabilidad. Esas actitudes son diametralmente opuestas, así como lo son los resultados de asumirlas, veamos.

Consecuencias


La idea de asumir la responsabilidad por las consecuencias de nuestras acciones no es muy popular, actualmente es frecuente encontrar personas que se sienten más cómodas entregando su poder a otros al negarse a aceptar su responsabilidad.

Estas personas inventan excusas o encuentran a quien culpar por sus errores, y la supuesta imposibilidad de alcanzar sus sueños. Ellos pueden darles un sin fin de razones por las cuales no pudieron lograr lo que se propusieron, o tal vez ni siquiera se animaron a intentarlo.

Pareciera que nuestra sociedad está diseñada para dar soporte a este tipo de actitudes. Parece increíble como algunas personas pueden alcanzar la edad adulta sin conocer este pequeño detalle que les permitiría abrir las puertas a la felicidad en sus vidas.

Estas personas pudieran pensar que esta actitud les favorece, cuando la realidad es otra. Puede ser que encuentren personas que se compadezcan de ellas por un tiempo y estén dispuestas a escuchar sus excusas, y podrían hasta darles la razón. Sin embargo, al evadir nuestra responsabilidad rechazamos el papel que desempeñamos en la vida, y por consiguiente nos rechazamos a nosotros mismos, y al hacerlo estamos repartiendo nuestro poder.

Pero, ¿En qué o quién delegamos este poder?, es sencillo, en todas las personas y cada una de las cosas o eventos fuera de nosotros. Si no somos responsables de las situaciones que se presentan en nuestras vidas, entonces ¿Quién lo es?. Desde este punto de vista lo serían otras personas, supuestos enemigos, el azar, el destino o cualquier cosa que se le pueda ocurrir.

La consecuencia de asumir esa actitud es sentirse a merced de las circunstancias e imposibilitado de hacer algo para resolverlas. Y no podría ser de otra manera, pues tomamos algo que es inherente a nosotros y lo proyectamos fuera. Entregamos un poder interno, y en nuestra confusión creímos que fuerzas externas moldeaban nuestras vidas a su antojo.

De cualquier manera, lo importante es que este proceso es muy sencillo de revertir, veamos.

Solución


Entrar en contacto nuevamente con nuestro poder interno de construir conscientemente la realidad que deseamos vivir y cosechar el éxito en nuestras vidas, es tan sencillo como aceptar la responsabilidad por todo lo que sucede en nuestras vidas.

Si es correcto por todo sin excepción. Y tenga muy presente que estamos considerando nuestra responsabilidad, no se trata de culpa, lo cual es muy diferente. Se trata de sentirnos poderosos al reconocer que creamos todo lo que ocurre a nuestro alrededor.

Cuando las cosas salen como planeamos es muy sencillo reconocer que fuimos nosotros quienes lo creamos y asumir la responsabilidad por el éxito. Pero es igual de importante asumir nuestra responsabilidad cuando las cosas resultan de otra manera, pues esto nos abre las puertas del aprendizaje ante una nueva experiencia, la cual a su vez nos permitirá crecer y aumentar nuestra capacidad de crear.

Veamos un ejemplo de cómo nos beneficia el responsabilizarnos por todo lo que ocurre en nuestras vidas.

Supongamos que una persona sufre una dolencia física, y cuando le comenta a un conocido que piensa ir al médico para recibir ayuda, este le sugiere tomar un remedio que a él le "sirvió de maravilla". Pasan los días y las semanas y la persona en cuestión lejos de mejorar continua con su dolencia. ¿De quién es la responsabilidad?.

Sería muy sencillo descargar la responsabilidad sobre el amigo que le hizo la sugerencia, pero eso sería transferir nuestro poder para restablecer nuestro bienestar a él. Por otro lado si asumimos que la decisión de aceptar su sugerencia fue nuestra, y por consiguiente la responsabilidad de lo que estamos viviendo también lo es, estaremos dando pasos para reconectarnos con el poder que nos permite triunfar en la vida, en vez de transformarnos en victimas.

Si llevamos esta situación más allá tendremos la oportunidad de reconocer el poder que tenemos para generar cambios en nuestro organismo, y al identificar la causa que originó esa dolencia en primer lugar encontraremos también la manera de evitarla nuevamente.

Es decir que si esa dolencia fue causa de una alimentación desordenada, o algún exceso, al reconocerlo entraremos en contacto con nuestro poder de construir nuestra realidad, pero esta vez desde lo positivo asumiendo una vida sana, y asegurándonos el apoyo profesional necesario para lograrlo.

Desenlace


Al reconocer nuestra responsabilidad por todo lo que sucede en nuestras vidas nos conectamos cada vez más con nuestro poder creativo consciente, y nos permitimos crecer con cada nueva experiencia.

Si desarrollamos la actitud de aceptar nuestra responsabilidad en cualquier situación, comenzamos a reconocernos como los portadores de las soluciones, y encontramos dentro de nosotros fácilmente el camino hacia el éxito bajo cualquier circunstancia. Nos reconocemos como los creadores de nuestro propio destino.

Una vez que asumimos la responsabilidad de todo lo que nos sucede en la vida, sentamos unas bases lo suficientemente sólidas como para que el éxito se manifieste en nuestras vidas como consecuencia natural de obrar en armonía, y comenzamos a transitar el camino de la excelencia.

En la vida responsabilidad también tiene que ver con devolver, recuerde compartir los frutos de su rotundo éxito con aquellos que aun transitan el camino que usted ya recorrió.

Un artículo publicado en Helios 3000

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