jueves, 31 de octubre de 2013

Por tu propia felicidad, di gracias

¿No tenéis la sensación de que, a pesar de estar inmersos en una sociedad de la comunicación, cada vez nos decimos menos cosas, menos mensajes que realmente importen? En este sentido, comparto la recomendación de que, por tu propia felicidad, digas gracias más a menudo.

Los chicos de SoulPancake realizaron un pequeño “experimento” del que dedujeron varios aspectos. El primero es que si damos las gracias, si mostramos gratitud hacia alguien, nuestra felicidad se dispara. El segundo que ese incremento de felicidad es mayor si lo hacemos oralmente que por escrito. ¿Qué conclusiones podemos extraer para el día a día de nuestras empresas?

 


    • No te calles y agradece su colaboración, su trabajo, su presencia a tu equipo, a tus clientes, a tus proveedores. Es gratis, te hará sentir bien y a ellos también.



 


    • Déjate ayudar, olvídate de ser un héroe solitario, un tío duro y autosuficiente, al menos si pretendes ser feliz.



 


    • Si todo el mundo de tu entorno lo hace todo indica que es posible que se genere una suerte de círculo virtuoso.



 


    • En un ambiente de felicidad es más fácil que los proyectos, que los acuerdos, que las ventas, salgan adelante.



 

 

Recuerda, dar las gracias es bueno para tu negocio y tu persona.

Pymes y Autónomos

miércoles, 23 de octubre de 2013

Aprender a lograr

“Nunca sabe el hombre de lo que es capaz hasta que lo intenta”- Charles Dickens

El juego y el deporte exigen mucho a la hora de alcanzar metas. Piden esfuerzo y entrenamiento. Diríamos que la persona adquiere un espíritu deportivo ante la vida para darle mayor calidad personal. En este sentido lo más parecido a la vida es el deporte. En ambos buscamos resultados, pero no siempre supone triunfar sobre el otro.

En el juego basta con competir bien, aunque no se gane. En la vida, hay que luchar por unos ideales, aunque no siempre se consiguen cabalmente. Pero el deporte le brinda a la vida algo muy valioso: la deportividad, optimismo y el buen humor. Eso es un logro.

El logro es muy importante para el hacer humano, para el trabajo y para el obrar de la persona. Todos buscamos como logro los buenos resultados. En cuanto los obtenemos, pensamos que nuestro hacer, nuestro trabajo o nuestro obrar han valido la pena. Muchas veces a esos resultados los llamamos éxito, y a su falta le decimos fracaso, aunque no siempre lo sea.

Ferreiro y Alcázar han explicado muy acertadamente cómo lo opuesto al éxito como logro económico y profesional es el fracaso. Y lo opuesto a la plenitud (a la aspiración por lo mejor, a la felicidad, a la madurez, al logro) no es el fracaso, sino el vacío. Una vida vacía es una vida no lograda.

Lo ideal es que el logro como plenitud vaya acompañado del éxito en su sentido profesional y económico. Pero es compatible con un cierto fracaso que, incluso, le sirve a la persona como experiencia para darse cuenta de que el logro no estriba sólo en el éxito profesional o económico. Hay aspectos que van más allá, relacionados con la trascendencia respecto a los demás o a la sociedad: el servicio, la solidaridad, el patriotismo.

En el logro convergen la eficacia y la eficiencia de todas sus tareas. Está claro que sin resultados no puede comprobarse el acierto de los esfuerzos por llegar a SER. Esos resultados pueden tener muchos nombres: rendimiento en el trabajo, calidad de los servicios y productos, valores vividos, satisfacción personal, calidad de vida, etc. Lo que no quiere decir que se tengan que dar todos al mismo tiempo o sucesivamente. El logro también puede ser visto en términos de proyecto de vida, es decir, de cómo se van cumpliendo los objetivos y metas que cada uno se ha fijado en lo humano, en lo físico y de salud, en lo económico, en lo intelectual y espiritual, en la dimensión social o en el aspecto religioso. Habrá campos en los que se podrán establecer unos indicadores en alguna medida más objetivos. En la valoración definitiva de ese logro, tendrá importancia lo que observen las personas que tienen un conocimiento directo de uno y poseen elementos de juicio apropiados.

Hay tres características relacionadas con el logro: visión, proactividad y madurez. Respecto a la visión, recordemos a Senge: “No importa lo que la visión es sino lo que la visión logra”. Personal o corporativamente se puede tener muy bien definida la visión, pero eso no basta. Hay que hacer que sea realidad, hay que trabajar por los planes, objetivos y metas hasta ver los frutos del esfuerzo continuado. La proactividad es mirar hacia el futuro, tratando de anticiparse responsablemente, o sea, generando respuestas que introducen cambios en los planes y proyectos de modo que cuando se presenten sea más fácil implementar la solución.

Madurez

“La madurez consiste en conocer, asumir y recorrer la distancia que separa el ideal de su realización” (R. Yepes). Veamos la estrecha relación que hay entre el ser persona, el proyecto de vida, la aspiración a la plenitud y el logro, con la madurez humana, que implica, entre otras cosas:


    • Saber juzgarse a sí mismo y a los demás, con realismo, serenidad y cordura, teniendo muy en cuenta las circunstancias propias y ajenas.





    • Capacidad de querer y de actuar con libertad, responsabilidad y coherencia.





    • Tener un carácter equilibrado en sus manifestaciones interiores y exteriores (evitar las ondulaciones de un extremo a otro).





    • Reflexión y control sobre los propios actos.





    • Integración en la vida social sin presunción ni vanidad, con ánimo de servir.





    • Capacidad de evaluación de sí y de los otros, donde juega un papel clave la humildad, que es la verdad de uno mismo.



viernes, 18 de octubre de 2013

El camino hacia el Éxito comienza en ti

Me hace mucha gracia cuando la gente habla de éxito y de si tal y cual tienen éxito pero ellos no. Porque, a todo el mundo le gustaría tener éxito, ¿no? ¿Quién no lo desea? Ahí está la clave. Que todo el mundo lo quiere pero pocos se dan cuenta porque no se han planteado siquiera lo que es el éxito para ellos.

¿Qué es el éxito para ti?

¿Publicar ese libro que tienes en mente desde hace tiempo? ¿Ser la mejor empresa de tu comunidad o de España o del mundo en tu actividad? ¿Ser jugador del equipo tal? ¿Bucear la fosa Mariana? ¿Dar la vuelta al mundo en 80 días?

Cada cual tenemos un concepto del éxito del que ni siquiera somos conscientes, y es por eso que la mayoría de las veces no lo conseguimos. Vamos, quizá, logrando pequeñas cosas, como conseguir un trabajo, o una pareja, o destacar en algo… pero, pese a esos pequeños éxitos que, por otro lado, nunca debemos menospreciar, no llegamos nunca a estar plenamente satisfechos, como que nos falta algo.

 

Esa sensación se debe a que nunca te has puesto de verdad a reflexionar sobre lo que el éxito significa para ti. Y no lo sabes, ¿cómo esperas conseguirlo? No es tarea fácil, identificar lo que uno ve como el éxito para sí mismo. Seguramente Nadal lo tiene ya desde hace tiempo muy claro, o Messi o CR7 o Steve Jobs lo tuvo en su día. Pero para llegar a las posibles definiciones del éxito de cada una de estas personas, lo que es seguro es que primero las definieron, después las estructuraron y después pusieron en marcha un plan de acción o estrategia para lograr ese concepto que cada uno tenía del éxito.

Decía que no es tarea fácil, y en efecto, es un trabajo adicional, es duro y es complicado. Pero todo lo que merece la pena conlleva un esfuerzo. O tú has conseguido alguna vez algo que no te costase y sin embargo es tu mayor tesoro? Lo dudo.

Como digo en mis cursos sobre el éxito y sobre objetivos, el compromiso contigo mismo y tus objetivos es uno de los elementos esenciales para lograr tus propósitos. Sin ese compromiso que te hace asumir el mando de tu vida, simplemente irás cosechando lo que siembres… ¿Estás sembrando lo adecuado para ti?

Para conseguir el éxito, lo primero que has de hacer es comenzar por ti.

Esther Roche

martes, 15 de octubre de 2013

Cómo ganar auto confianza gracias a las Redes Sociales

Seguro que muchos de vosotros sois de los que salíais a la pizarra en el colegio y os temblaba hasta el tabique nasal. Una aquí presente también padecía de este inexplicable temor a ser, por unos breves instantes, el punto de atención. Pero amigos, ¡no hay nada que temer! Para todo este sector de la población, Internet y las Redes Sociales han hecho mucho bien en este aspecto.

boletines-informativos-solusoftEn este sentido, quiero compartir con todos los que acabéis en este post y os sintáis un tanto identificados con mi introducción, algunos consejos para sacar el máximo partido de nuestros perfiles Sociales, no sólo en el ámbito profesional sino también a modo de ‘terapia’ trabajando la seguridad, la confianza y la templanza:

Deja los temores a un lado, aquí nadie te juzga por tu aspecto y no nos cabe duda que habrás tenido especial cuidado en seleccionar tu foto de perfil ;-)

Opina, comenta, debate… Es gratis y si no ofendes no haces mal a nadie.

1. Interactúa, participa:

¿Eres fiel seguidor de un blogger, te encanta todo lo que comparte una página o un medio concreto…? Pues díselo, házselo saber, ¿qué puede ocurrir? ¿que no recibas respuesta? En Twitter y en Linkedin y en otras redes más ‘creativas’ o de uso más personal como Instagram, la mayoría de usuarios son de carácter complaciente y agradecido, si valoras el trabajo de alguien, estamos seguros casi al 100% de que recibirás un ‘like’ un emoticono sonriente o una agradable respuesta dándote las gracias. Piénsalo, sólo tienes que ganar.

miércoles, 2 de octubre de 2013

¿Tiene usted un plan de acción para alcanzar sus objetivos?

“Sus sueños determinan sus metas. Sus metas trazan sus acciones. Sus acciones crean los resultados. Los resultados le traen éxito” - John Maxwell

La visión (sueños) debe ser estructurada en metas y las metas deben ser operacionalizadas a través de planes de acción.

Las metas sin sueños son simples actividades y los sueños sin metas son quimeras; meras ilusiones. “Una meta es un sueño con un plazo”. La meta es un objetivo, propósito o sentido de dirección hacia el cual dirige todas sus energías, anhelos y esfuerzos. Son los blancos hacia los cuales enfocas tu vida. Una meta involucra el esfuerzo organizado y planificado de lo que quiere ser y alcanzar en la vida. Una persona con metas tiene dirección en su vida, establece prioridades, rebosa energía y ánimo, es más creativa y busca con más persistencia la excelencia.

Convertir nuestros sueños en realidad no es el resultado del azar. El éxito no ocurre por casualidad. El éxito es escurridizo y se protege muy bien para asegurarse que sólo los que verdaderamente le desean, buscan y trabajan por él, logren alcanzarle. Somos deliberadamente exitosos. Las personas exitosas triunfan a propósito. El éxito es el resultado de un plan preconcebido y puesto en marcha, con objetivos claramente definidos. Es necesario, pues, traducir nuestros sueños en metas escritas, específicas, medibles y alcanzables, encausadas en un plan de acción, que nos brinden a lo largo del viaje un sentido de logro y satisfacción, y que nos permitan evaluar si nos estamos acercando al logro de nuestros sueños. Debemos definir también la forma en que lograremos convertir en realidad nuestra visión o sueño. Y además debemos definir los cambios necesarios en nuestro cronograma de trabajo y en nuestras prioridades. Y algo importante, necesitamos definir los requisitos de carácter que se requieren para alcanzar esas netas.

Establecer metas es un ejercicio riguroso. Las metas no son propósitos vagos ni ambiguos. Mientras mejor definidas sean nuestras metas más probabilidades de éxito tendremos ¿Cómo definir metas adecuadas? Para este fin utilizaremos el acróstico METAS:

Medibles en sus resultados: Las metas deben ser mesurables, es decir, deben ser expresadas en términos cuantificables, de tal manera de evaluar el avance. Al hacer las metas medibles las hacemos más objetivas. Cuando podemos medir, tenemos un mecanismo de control y retroalimentación, que nos permite medir el nivel de progreso. Expresar las metas en términos de resultados mesurables nos permitirán conocer si nos estamos acercando a ellas, cuánto nos falta por avanzar, y si hemos logrado nuestra meta o necesitamos rectificar el rumbo. Es importante incluir en la elaboración de las metas, hasta donde sea posible, patrones de medición, tales como: tiempo, cantidad, etcétera. Como dato importante póngale una fecha tope. La fecha se convierte en un estímulo para motivarnos a conseguir los medios, y crear un sentido de urgencia. Dice Charles Stanley: “Una meta es un sueño establecido dentro del contexto del tiempo”. Hágase preguntas específicas que incluyan los vocablos: dónde, cuánto, cuándo.

Como dato importe, es útil poner una fecha tope. La fecha se convierte en un estímulo para motivar a conseguir los medios, y crear un sentido de urgencia. Dice Charles Stanley: “Una meta es un sueño establecido dentro del contexto del tiempo”.

Específicas en sus detalles: Nadie resuelve nada con generalidades. Para ser efectivo se requiere cierto nivel de especificidad. Para facilitarnos esta tarea podemos expresar nuestras metas en términos de eventos y comportamientos específicos. Al definir las metas en forma específica, las hacemos más operativas, lo cual facilita la planificación y la asignación de los recursos que se necesitan para lograrlas. Las metas deben incluir un análisis de los recursos que se requieren. Puede estructurar sus metas dividiéndolas en metas a corto, mediano y largo plazo. Hágase preguntas específicas que incluyan los vocablos: qué, cómo, quién.

Trazadas en blanco y negro: Las metas deben ponerse por escrito, en blanco y negro sobre papel. Recuerde, la escritura lo hace a uno un hombre más exacto. Mientras no escriba sus metas, sólo son ideas vagas. Escribir sus metas en indicación de que ha reflexionado a fondo sobre ellas. El escribirlas le dará mayor comprensión y claridad del alcance de las mismas. Decía Dawson Trotman: “Los pensamientos se desentrañan a sí mismos cuando pasan a través de los labios y de la punta de los dedos”. Además la memoria en un débil aliado.

Alcanzables en su aspiración: Las metas deben ser realistas. No puede ser una meta viajar al planeta Plutón. Las metas deben ser hechas sobre las alas de nuestros sueños, pero con los pies en la tierra. Las metas deben ser ambiciosas, retadoras, pero alcanzables. John Maxwell dice:”La gente exitosa establece metas que no están a la mano, pero si están a la vista”. Este pensamiento refleja el adecuado balance que debe existir entre realidad vs idealismo .Colocar metas inalcanzables resulta al final desalentador y frustrante. En ocasiones puede dejarnos en la boca un desagradable sabor de incompetencia.

Supremamente personales: Las metas son una expresión de nuestros más íntimos y personales sueños y anhelos. Las metas deben representar sus aspiraciones y deseos, no las aspiraciones u deseos de otras personas.

Cuando la meta es propia, tiene el poder de inspirar a la persona. Una meta propia estimula el espíritu, la mente, los sentimientos y el compromiso. Cuando se tiene una meta supremamente personal, se está emocionalmente conectado con ella y, en consecuencia, se crea en la persona una gran motivación por llegar a alcanzarla.

Arnoldo Arana